domingo, 28 de enero de 2007

La Envidia y la carta del Diablo


La Envidia y la carta del Diablo

Uno de los sentimientos más lóbregos que alberga el ser humano es el de la envidia, todos conocemos cuántos esfuerzos han sido invertidos por padres y tutores para tratar de erradicar este sentimiento de los jóvenes corazones… todas las madres conocemos ese sentimiento innato que albergan nuestros pequeñuelos hacia sus nuevos hermanos, hermanas y los sentimientos de vergüenza que ellos mismos sienten a veces al percibirse de haber dañado a su nuevo hermanito o hermanita…

Pues bien, aquellos de nosotros que hayan logrado reprimir – con la ayuda de curas y maestros – esos sentimientos innatos y naturales, y que, cumplidos los cuarenta, hayan tenido la suerte de acudir a la consulta de un psicoterapeuta, como Miranda, se encontrarán con la GRAN SORPRESA de cerciorarse que, conforme al psicoanálisis, la envidia o los celos entre hermanos constituye un fenómeno natural que forma parte de un desarrollo normal y saludable de las personas… es más, la represión de sentimientos "negativos" como los celos o la envidia podría repercutir sobre el sentimiento de competencia entre hermanos, y en un futuro entre posibles competidores.

En el Tarot de Marsella es justamente la carta del Diablo, la que mejor refleja todos estos sentimientos y emociones reprimidos. Este diablo es una figura lúdica que, más que producirnos temor, despierta un sentimiento de diversión y curiosidad… las sogas ilustradas en la carta representan las cadenas que a veces atan a las personas a sus defectos e impulsos, acabando por paralizarlas y despojarle del libre albedrío (los dos "duendes cornudos" tienen sus manos amordazadas tras la espalda), la imagen del diablo es una imagen andrógena, con pechos y pene, que además saca la lengua y luce un rídiculo sombrero con cuernos de cazador. A diferencia de otros diablos del tarot, este diablo nos permite identificarnos, aún parcialmente, con nuestros impulsos y pasiones, ya que, en lugar de atemorizarnos, en cierto modo nos divierte, es un diablo posmoderno que irradia una actitud tolerante, humana y divertida hacia los desperfectos humanos…

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